Por José Manuel Vecino
P.*
Por primera vez en 50 años parece posible un acuerdo con uno de los
grupos que ha marcado la historia de nuestro país quizá con recuerdos y
experiencias que nadie quiere repetir.
Finalmente parece que una luz quiere atravesarse en el camino oscuro que
hasta ahora se ha recorrido después de muchos intentos, donde la búsqueda de un
acuerdo se ha vestido con términos cuyo significado en ocasiones se confunde y
en otras se entrelazan tales como diálogo y negociación, entre otras, que han
llevado a la firma de múltiples promesas que pretenden hacer realidad la utopía
de una paz alcanzada como necesidad de vida para una nación cuya historia
reciente aún recuerda el dolor que significa hacer de los azules o los rojos,
de la derecha o de la izquierda una excusa para continuar vengando lo que se
debe perdonar.
Este momento histórico que vive el país, con amigos y detractores, con
promotores y francotiradores, con aliados y opositores nos está llevando a
identificar que pase lo que pase al final del proceso tendremos que
reconocernos como parte del mismo en alguna de las orillas, es posible que ya
no podamos seguir camuflando la indiferencia y debamos asumir un papel
protagónico en la construcción de las realidades sociales que nos aguardan.
La herencia que ha dejado la guerra no declarada entre bandos armados
que creen tener la razón, y la respuesta de las fuerzas institucionales, han
llevado a situaciones que han logrado traspasar las fronteras del temor para
sembrar muerte, desplazamiento y dolor en todos aquellos que han tenido que
emigrar de sus realidades, sea en el campo o la ciudad o bien que han tenido
que hacerse responsables de sus opiniones en ambientes hostiles y por tanto se
convirtieron en migrantes hasta del propio pensamiento.
Muchos han abandonado sus tierras, otros desertaron de los grupos en los
cuales militaban y muchos más intentan re-construir el sentido de vida
aprovechando las oportunidades que ofrecen los gobiernos de turno o bien las
instituciones que apoyan los procesos de reconciliación. Tejer nuevamente la
vida puede llevar tiempo, pero más importante aún es que esta ruta no se
recorra en solitario, se necesita que los hilos del respeto y el amor vuelvan a
entrelazar la esperanza para que la sonrisa no sea una ocasión sino la opción
para generar identidad social.
Estas notas nacen de la reflexión necesaria para quienes vemos que se
aproximan los tiempos, tantas veces soñados, de una reconciliación posible, de
procesos de transición que obligan a imaginar escenarios donde la paz dejará de
ser un eslogan, una bandera y una oración para convertirse en la cotidiana
experiencia de la reconciliación que toca todas las puertas y ventanas de la
realidad nacional.
La inclusión social en las empresas, como estrategia para cerrar las
brechas emocionales y económicas de quienes han padecido el rigor de la
violencia, obliga a establecer modelos gerenciales orientados a interpretar la
productividad desde un enfoque mucho más participativo e incluyente donde los
conceptos dejan el terreno de las definiciones y superan la frontera de los
buenos deseos que se expresan en documentos, foros y demás eventos que por fin
harán desaparecer los artilugios epistemológicos y legales que hacían difícil
la construcción de verdaderas oportunidades laborales para quienes intentan
ingresar o volver al cause del mundo empresarial.
Una de las consecuencias naturales de entender los nuevos escenarios de
la responsabilidad social en las empresas tiene que ver con incluir los Programas
de Desarrollo para la Paz (PDP) que ya hacen parte de la dinámica y la
metodología en la sociedad civil generando procesos de reconciliación y que ahora
deberán tener cabida en la cotidianidad de las organizaciones a partir de la
implementación de modelos metodológicos que permitan a la organización y sus
colaboradores estructurar y poner en marcha una nueva cultura empresarial más
incluyente y afín al propósito de generar desempeños superiores alineados a la
triple cuenta de construir organizaciones financieramente sostenibles, socialmente
responsables y ambientalmente amigables.
Los empresarios reconocen (y algunos ya lo están haciendo) que deben
pasar del discurso a la acción, de mirar con simpatía los procesos de
reconciliación y generar alternativas reales de vinculación a toda la población
que por diferentes motivos, voluntarios o no, terminaron siendo protagonistas
de una historia que nunca se debió escribir.
Desde hace ya algún tiempo muchas empresas han apoyado económicamente
las iniciativas de los PDP y están atentas a ofrecer respaldo a las comunidades
que hacen parte de su contexto organizacional, sin embargo la exigencia que se
aproxima puede incluir la invitación a romper el paradigma de ser sólo
partícipes en estos procesos e invitarlos a comprometerse en la dinámica de
hacer realidad un sistema de gestión que incluya el hacer de la diversidad
cultural y social una experiencia que no puede ser fabricada ni anticipada en
las oficinas de la dirección y la gerencia.
Se aproxima el tiempo en que los “laboratorios de paz” dejen de ser un
espacio experimental para convertirse en una propuesta real que incluya las
agendas sociales y empresariales que le permitan a la historia nacional
construirse desde la fábrica, la industria y todos los sectores productivos de
la economía.
Especial mención merece la iniciativa liderada por la NIR (Consejo
Internacional de industria Sueca, la ANDI (Asociación nacional de
Industriales) y la FIP (Fundación Ideas
para la Paz) entre los años 2009 y 2013 cuyo objetivo central señalaba la ruta
para la “construcción de una agenda y estrategia concreta de construcción de
paz desde el sector empresarial en Colombia…” que nos sitúa en la ruta de la
esperanza y donde la utopía de la paz pasa de las leyes y decretos y adquiere
un rostro y una historia en la cual se verá reflejada la capacidad de una
nación para reconocer como propios a quienes por mucho tiempo han tenido que
soportar como un estigma el ser “actores del conflicto” para convertirse en
“protagonistas de la nueva realidad”.
Las organizaciones se prepararan dar la bienvenida a una población que
contribuirá significativamente en la productividad, para acoger al talento que
demostrará con su gestión que son mucho más que una oportunidad tributaria para
las empresas.
Es hora de comenzar a re-escribir el guion al interior de las áreas de
gestión humana sobre las políticas de vinculación, selección y contratación. La difícil tarea de
atraer, retener y desarrollar el talento en las organizaciones debe ahora
incluir la capacidad de fortalecer los aspectos relacionales que van más allá
del desarrollo temático de contenidos entrenables para la operación de una
máquina o un proceso.
Es posible que dar los pasos significativos en esta dirección pueda
generar temor, no sólo a los empresarios, sino también a quienes tendrán que
compartir la cotidianidad laboral con quienes vienen señalados con rótulos
tales como “víctimas” “desplazados” “re-insertados”, etc., y por esta razón el
papel protagónico de las áreas de gestión humana se enmarca en la capacidad de
elaborar y llevar a la práctica estrategias que permitan asegurar ambientes
laborales sanos, no discriminatorios y que al mismo tiempo permita a todos los
colaboradores sentirse tratados de modo equitativo y con las mismas
oportunidades al momento de participar en procesos de crecimiento empresarial.
¿Estamos preparados para dar este paso?, es la pregunta que sigue
rondando en las reuniones de las juntas de socios y equipos directivos, y es
posible que la respuesta sea requerida más temprano que tarde.
Espero que estas breves reflexiones nos permitan considerar la
importancia que tiene nuestro trabajo, como líderes de gestión humana, en la
preparación de escenarios laborales donde el talento sea más importante que el
pasado y el futuro sea una realidad que tiene su oportunidad en el presente.
José Manuel Vecino P.* Magister en Gestión Ambiental, Especialista en Gestión Humana, Gerente de Gestión humana, Consultor empresarial y Docente Universitario.
Referencias:
1.
Preparar el post-conflicto en Colombia desde los
programas de desarrollo y paz: retos y lecciones aprendidas para la cooperación
internacional y las empresas, recuperado en http://www.scielo.org.co/scielo.php?Script=sci_arttext&pid=S1909-30632014000100009
2. Construir
paz desde el sector empresarial recuperado en http://www.ideaspaz.org/publications/posts/945
3.
Empresa y Construcción de Paz cuadernos paz a la carta nº 3
recuperado en http://www.utadeo.edu.co/files/collections/documents/field_attached_file/cuaderno3.pdf
4.
La empresa privada en la
construcción de la paz en Colombia recuperado en http://titan.utadeo.edu.co/comunidad/paz/images/stories/documentos/foro1/Angelika%20Rettberg.pdf
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