¿Gasto o inversión?, es uno
de los interrogantes que acompaña a los gerentes cuando deben tomar la decisión
de asignar recursos económicos para formar, capacitar o entrenar a su personal.
Las experiencias al interior
de las organizaciones han demostrado, en no pocos casos, que las personas que
asisten a seminarios y otros eventos de formación regresan a sus puestos de
trabajo en las mismas condiciones en las que partieron, incluso, en ocasiones,
su desempeño disminuye.
En los casos de
entrenamientos para ejecutivos los resultados no son mejores, las inversiones
realizadas en universidades y otras instituciones de formación, no se ve
necesariamente recompensada en la gestión que realizan.
Las causas pueden ser muchas
y muy variadas, entre ellas podemos mencionar algunas:
1.
Seminarios
y talleres que no responden a una necesidad real de mejoramiento del desempeño
en las personas que asisten.
2.
Programas
que se toman para estar a la moda o por impulso publicitario.
3.
Un
inadecuado diagnóstico de necesidades de capacitación
4.
Asignar
personal a talleres y seminarios como recompensa.
5.
No
contar con un sistema de medición e impacto del aprendizaje.
6.
Desconocer
el nivel de transferencia del aprendizaje del aula al puesto de trabajo.
7.
No
hacer seguimiento y control a los programas y seminarios realizados.
8.
Ignorar
la importancia de medir la calidad de los proveedores de capacitación.
9.
Creer
que la capacitación es la solución a todos los problemas de productividad de la
empresa.
10. No hacer el ROI
(Retorno sobre la inversión) a los programas de capacitación.
¿Sirve
para algo la capacitación?
Claro que sí, es una
oportunidad que tiene la empresa para desarrollar en sus colaboradores sus
potencialidades y ponerlas al servicio de sus resultados corporativos.
Algunos beneficios de un
plan de capacitación orientado al mejoramiento de las competencias y
capacidades del personal son:
1. Desarrollo de
compromiso frente a la tarea y la organización.
2. Incremento de la
productividad personal y de los equipos.
3. Apoyo en la auto
motivación para el desarrollo de su gestión.
4. Auto conocimiento
de fortalezas y debilidades en cada persona.
5. Puesta en práctica
de habilidades gerenciales
6. Mejoramiento del
trabajo en equipo y del equipo de trabajo.
7. Valoración de sus
propias capacidades (Auto confianza).
8. Actualización de
conocimientos especializados.
9. Innovación en las
prácticas gerenciales y de gestión.
10. Reconocimiento de
competencias y conocimientos a desarrollar.
Finalmente, la capacitación
es un medio para lograr los resultados de mejoramiento esperado en el personal
y de productividad para la organización, pero no es el único, existen otro tipo
de intervenciones que pueden llevar a los resultados esperados de tal manera
que por fin los gerentes puedan decir con entusiasmo que valió la pena la
inversión (no el gasto) que se hizo en capacitación.
Autor: José Manuel Vecino.
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