Esta reflexión surge a
propósito de esta nueva tendencia en los modelos de aprendizaje tanto para la
educación formal como para los procesos de capacitación en las organizaciones.
A continuación me permito transcribir la definición de este modelo:
“El B-Learning (formación combinada, del inglés blended
learning) consiste en un proceso docente semipresencial; esto significa que un
curso dictado en este formato incluirá tanto clases presenciales como
actividades de e-learning.
Este modelo de formación hace uso de las ventajas de la
formación 100% on-line y la formación presencial, combinándolas en un solo tipo
de formación que agiliza la labor tanto del formador como del alumno. El diseño
instruccional del programa académico para el que se ha decidido adoptar una
modalidad b-Learning deberá incluir tanto actividades on-line como
presenciales, pedagógicamente estructuradas, de modo que se facilite lograr el
aprendizaje buscado.
Las ventajas que se suelen atribuir a esta modalidad de
aprendizaje son la unión de las dos modalidades que combina las que se
atribuyen al e-learning: la reducción de costes, acarreados habitualmente por
el desplazamiento, alojamiento, etc., la eliminación de barreras espaciales y
la flexibilidad temporal, ya que para llevar a cabo gran parte de las
actividades del curso no es necesario que todos los participantes coincidan en
un mismo lugar y tiempo.
Y las de la formación presencial: interacción física, lo
cual tiene una incidencia notable en la motivación de los participantes, facilita
el establecimiento de vínculos, y ofrece la posibilidad de realizar actividades
algo más complicadas de realizar de manera puramente virtual.
Es la combinación de múltiples acercamientos al
aprendizaje. El B-Learning puede ser logrado a través del uso de recursos
virtuales y físicos, “mezclados”. Un ejemplo de esto podría ser la combinación
de materiales basados en la tecnología y sesiones cara a cara, juntos para
lograr una enseñanza eficaz.
En el sentido estricto, b-Learning puede ser cualquier
ocasión en que un instructor combine dos métodos para dar indicaciones. Sin
embargo, el sentido más profundo trata de llegar a los estudiantes de la
presente generación de la manera más apropiada. Así, un mejor ejemplo podría
ser el usar técnicas activas de aprendizaje en el salón de clases físico,
agregando una presencia virtual en una web social. Blended Learning es un
término que representa un gran cambio en la estrategia de enseñanza.”
(http://es.wikipedia.org/wiki/B-learning ).
Una de las preguntas
iníciales, cuando aparecen estas nuevas tendencias, tiene que ver con su
permanencia y contribución no solamente en los procesos pedagógicos y
formativos, sino también (y especialmente), en su impacto en el incremento del
desempeño y productividad en la organización.
Existen en Colombia algunas
experiencias que documentan este modelo de aprendizaje, especialmente desde el
ámbito universitario, sin embargo a nivel empresarial no se ha popularizado el
uso de este modelo ya que son pocas las experiencias documentadas.
Uno de los riesgos que se
corre desde las áreas de formación y capacitación tiene que ver con un aspecto
que, por experiencia reconocemos, puede ser contraproducente al momento de
implementar estos modelos de aprendizaje y es precisamente el desarrollo de
experiencias que no integran todos los componentes del modelo propuesto. De tal
manera que este esquema debe, a mi juicio, tomarse como complementario en el
diseño del plan de capacitación de la organización, de tal manera que ofrezca
valor agregado al proceso de formación y entrenamiento al integrarse con otros
modelos y técnicas de enseñanza tales como: capacitación presencial,
e-learning, coach, mentoring, outdoor, indoor, etc..
Como sabemos, dos de las
grandes preocupaciones al interior de las organizaciones interesadas en ofrecer
espacios y eventos de formación y capacitación a sus colaboradores, tienen que
ver con el TIEMPO y el DINERO que deben invertirse, por tanto una alternativa
como el b-learning puede resultar interesante por cuanto, en muchos casos, la
implementación de esquemas e-learning únicamente, no han dado el resultado
esperado y en ese sentido la inversión asociada a este modelo de aprendizaje
parece que no ha entregado el retorno esperado en términos de mejoramientos del
desempeño.
Por otra parte los cursos y
seminarios presenciales implican también un mayor costo y más tiempo ya que
además de la duración del evento hay que sumar los tiempos y costos de
desplazamiento de los participantes, con la duda sobre la efectividad en el
mejoramiento de la gestión en el puesto de trabajo.
La capacitación en las
organizaciones se caracteriza, entre otras cosas, por la combinación de modelos
de aprendizaje que permiten identificar el proceso más adecuado para cada tema
seleccionado.
Un cuestionamiento,
aplicable tanto al e-learning como al b-learning, tiene que ver con su
efectividad en el proceso de formación y desarrollo de las competencias
requeridas por los funcionarios de la empresa, por cuanto se requiere sin duda
un compromiso individual en el proceso de aprendizaje y la pregunta se orienta
a las evidencias en el desempeño una vez se finalizan los diferentes programas
y cursos de formación ofrecidos con esta metodología.
Crece cada día, por otra
parte, la tendencia que se orienta a incluir los componentes y ventajas
tecnológicas (conectividad, colaboración y comunicación), en los procesos
formativos y de educación.
El b-learning entonces
tendrá que superar la prueba de la moda (la cual aún no ha llegado a muchas
compañías) y demostrar que puede convertirse en una experiencia formativa y no
solo informativa.
Les invito entonces a
considerar esta tendencia que con seguridad tomará fuerza en las organizaciones
en los próximos años y se convertirá en una alternativa de formación requerida
al momento de diseñar y programar la capacitación en las empresas.
Contacto:
Tel. (57 1)2 21 67 81. (57) 311 214 3825
BOGOTÁ, COLOMBIA
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