jueves, 24 de mayo de 2018

LA CAPACITACIÓN Y SU CONTRIBUCIÓN A LA EMPLEABILIDAD


Por: José Manuel Vecino P.*
La búsqueda de talentos que marquen la  diferencia en los resultados de  la gestión,  se ha convertido en una prioridad  para  las organizaciones  de todos los tamaños y de todos los sectores. Descubrir,  potenciar  y desarrollar  las competencias  que agreguen valor  en los colaboradores,  implica establecer un programa  de entrenamiento  que tiene como punto de partida  la  identificación de  los factores de éxito requeridos para el mejor  desempeño de los colaboradores en los diferentes cargos y responsabilidades.
La gestión del talento tiene  como horizonte de sentido,  el reconocimiento de que los colaboradores necesitan ser entrenados en las diferentes áreas específicas en las cuales desarrollan su trabajo, la experiencia que les antecede y sobre la cual fundan mucho de su autoconfianza,  es valiosa  y no debe desconocerse,  pero lo es mucho más  la contundencia de las evidencias que señalan  que cada día aparecen nuevas tecnologías y aprendizajes que deben ser incorporados a los procesos productivos en la organización, de tal manera que los resultados se asocian  más  a la capacidad de diseñar  nuevos y  mejores modelos de trabajo  que a la habilidad de repetir rutinas por variadas que sean en su ejecución.
Cada  colaborador  se  encuentra  inmerso  en  una  aventura  empresarial  que  le  lleva  a reconocer  que  el  conocimiento  que  necesita  para  realizar  mejor  su  trabajo  crece exponencialmente  y  es  un  reto  mantenerse  actualizado  frente  a  los  nuevos  sistemas  y modelos que incorpora la organización para mantener la competitividad.
Cada uno de los colaboradores enriquece entonces su contribución  cuando se empeña en adquirir nuevas técnicas y conocimientos que le llevan a convertirse en un talento capaz de agregar valor en su trabajo, de tal manera que comienza a ser competitivo al interior de la misma empresa al  reconocer, entrenar y  desarrollar las  potencialidades que le permite  ganar en autonomía y adquirir la confianza suficiente para proponer alternativas de acción frente a la labor que realiza. 
Desarrollar  empleabilidad  a  través  de  la capacitación es  una  manera  inequívoca  de  cimentar  los  fundamentos de un  futuro  laboral que  supera  la  tarea  de  la  cotidianidad,  es  decir  que  los  procesos  de  aprendizaje  en  la organización son una forma de construir un desempeño sobresaliente y diferenciador.
La organización que capacita a sus colaboradores  en las competencias transversales apunta necesariamente a la obtención y cumplimiento de los objetivos propuestos en su plan estratégico, pero al mismo tiempo está facilitando que sus colaboradores sean capaces de dominar una destreza técnica, administrativa o gerencial que les posibilita ser competitivos también en el mercado laboral en el cual participan.
Esta reflexión pretende invitar a todas aquellas personas, que por su experiencia laboral  y formación  profesional, han tenido oportunidad de participar en diferentes procesos de capacitación, para que reconozcan el aporte que han recibido y puedan orientar a otros en la búsqueda de mejores oportunidades sea al interior de la empresa o bien en otras para las cuales su formación, experiencia y conocimiento resulte atractivo.
En primer lugar quiero mencionar la importancia que tienen los procesos de capacitación que surgen de un adecuado diagnóstico de  necesidades  de  capacitación el cual es realizado normalmente por la empresa en la búsqueda de aquellas competencias que deben ser potenciadas por el colaborador, especialmente en lo referente  a lo técnico, sin embargo considero que cada persona en la organización debe reconocer también cuáles son esas falencias que identifica como necesarias y requeridas para su mejor desempeño laboral. En este sentido,  el diagnóstico abre la posibilidad de reconocer que las alternativas de formación deben incluir también procesos de entrenamiento que vayan más allá de la tarea específica e involucre aspectos que integren también las expectativas estratégicas de la organización.
Este primer momento de la capacitación permite elaborar un plan de formación y desarrollo que posibilita orientar los contenidos programados en un contexto más amplio que va más allá del aprendizaje mecánico y técnico de una máquina o del aprendizaje de tareas rutinarias que, si bien es cierto que son importantes, pueden terminar siendo un arte repetitivo que no requiere mayores aportes individuales a la ejecución de la misma.
Me refiero a que los planes de capacitación deben permitirle conocer al colaborador no solamente el qué y el cómo sino también el PARA QUÉ, de tal manera que pueda identificar que su contribución es parte de una tarea conjunta y que su aporte es clave en el éxito de los resultados empresariales.
En segundo lugar, es preciso  valorar  la capacitación como una experiencia, que  al ser asimilada en la gestión profesional se convierte en un eje de crecimiento personal que permite consolidar no sólo los conocimientos específicos de una tarea, sino que  propende por  el  incremento  de  la autoestima que lleva a afianzar la seguridad en la tarea que se realiza.
Hoy en día se habla de la certificación en competencias laborales que no es otra cosa que el reconocimiento de la capacidad que tienen las personas para la ejecución de una tarea, no es el propósito de este escrito ahondar sobre este punto,  sin embargo si considero de alto valor que las organizaciones promuevan y desarrollen programas y planes orientados a consolidar acciones de entrenamiento que culminen en procesos de certificación laboral ya que esto se convierte en una evidencia sólida de  la idoneidad de una persona en un mercado cada vez más competido.
Para muchas personas, el mejor entrenamiento y capacitación lo han recibido por años en su puesto de trabajo, ha sido la experiencia y el aprendizaje a partir de los aciertos y de los errores lo que ha llevado a que muchos alcancen el nivel de expertos en su trabajo. En este sentido es de especial importancia reconocer que la capacidad de ejecutar algunas tareas proviene de estas habilidades personales que marcan la diferencia entre dos personas que desarrollan una misma labor pero una de ellas sobresale por los resultados obtenidos, como diría  McClelland  es quien ofrece un desempeño superior el que agrega valor a la gestión que se realiza.
El concepto de empleabilidad entendido como esa capacidad para obtener o mantener un empleo  amerita una reflexión que implica reconocer que las circunstancias históricas, sociales, académicas, culturales y laborales,  entre otras,  que rodean a las personas se constituyen en factores que determinan y condicionan la posibilidad de identificar y desarrollar las competencias requeridas para la ejecución de  labores específicas en el mercado laboral. Si bien es cierto que cada persona se encuentra inmersa en un contexto social específico que le facilita o dificulta  el desarrollo de sus competencias también es pertinente reconocer que las organizaciones asumen una responsabilidad que le permite cualificar su fuerza laboral que hoy día se relaciona más con lo intelectual que con lo muscular, de tal manera que los procesos de aprendizaje trascienden la estructura educativa formal y se instala en lo empresarial desde el punto de vista de las nuevas prácticas asociadas al manejo de nuevas máquinas , software y componentes cuyo funcionamiento no está incluido en los pensum  académicos.
Este tema será objeto de una reflexión posterior por cuanto implica verificar el impacto que tiene en las organizaciones el aprendizaje que se obtienen en los centros universitarios, especialmente lo referente a la real aproximación que tienen  las  metodologías  académicas  y  su  coherencia  con  la realidad empresarial, especialmente en los procesos de pregrado.
Finalmente, para cerrar esta reflexión, creo que es importante reconocer que la capacitación  empresarial  contribuye de manera especial en los resultados de la organización en términos de mejoramiento del desempeño e incremento de la productividad, sin embargo tiene un componente intangible pero consistente por cuanto se convierte en una herramienta que permanece  en  el  trabajador  aún después de dejar la organización y es el aprendizaje que pueda poner en práctica, sea en otra empresa o en un emprendimiento relacionado con la gestión que realiza.
Invito entonces a reflexionar sobre la importancia que tiene, para la persona, la organización y también para la sociedad el contar con  individuos  capacitados,  de tal manera que su contribución sea capaz de trascender la acción empresarial.
*Gerente de JOB MANAGEMENT VISION. Consultor empresarial y Docente Universitario.

Contacto:
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