El siglo 21 entró arrasando
los paradigmas sobre los cuáles la administración había enterrado sus verdades
organizacionales. La cultura empresarial dejó de ser el referente competitivo
para calificar las buenas prácticas en las áreas de Gestión Humana que buscan
capitalizar el talento como diferenciador en la gestión organizacional.
Las tendencias y modas
gerenciales, (que se aprovecharon del esnobismo directivo) comenzaron a
declinar como opción de mejoramiento en la productividad. De autores como
Deming y Goldratt, pasando por Drucker, Tom Peters, Goleman Senge, Porter hasta
prahalad y Hamel, Kaplan y Norton y una pléyade de profesores, investigadores y
gurús de la administración que llevaron a la cumbre teorías, modelos y
herramientas gerenciales como TQM, CRM, BSC, COACHING, MENTORING, OCEANO AZUL,
E-LEARNING (y toda la familia e-), Amén de los cientos de títulos de
mejoramiento empresarial como “Si no está roto rómpalo”, “Quién se llevó mi
queso”, “Negocios en la base de la pirámide” etc… vamos pasando ahora a los
nuevos protagonistas que recorren los pasillos de las organizaciones; son los
nuevos vientos fundados más en los éxitos autobiográficos (Steve Jobs, Branson,
Bill Gates, Dell, Trump, etc) que en experiencias colectivas producto de
estudios juiciosos pero poco inspiradores.La búsqueda de nuevos escenarios de
realización personal, el rompimiento de las fronteras reales y mentales entre
los países, la urgencia de comunicarse con personas de otras culturas y la
necesidad de conocer y manejar las nuevas tecnologías, que cada día disminuyen
las distancias entre lo actual y lo virtual, convierten en exigencia el
desarrollo personal y hace de esta una responsabilidad individual y no
empresarial, que cada persona reconozca en su plan de vida el alcance que
quiere dar a su existencia.
Para muchas personas el
contexto vital actual es suficiente y su aspiración no va más allá de las
satisfacciones básicas que da la vida y que anticipa Maslow. Para muchos otros
la vida es una carrera que invita cada día a encontrar nuevos motivos para
llegar aún más lejos. No importa que la carrera no sea hacia arriba siempre y
cuando sea hacia adelante. La academia es un paso necesario y requerido en esta
búsqueda de nuevos escenarios para desarrollar las contribuciones requeridas
por las empresas. Hemos cambiado y estrenamos una nueva era, un nuevo momento
donde la persona comienza a recuperar su importancia en el mercado laboral,
donde ha dejado de ser un objeto, un “recurso” para ser reconocido como un
sujeto capaz y pensante, un actor principal en la gestión empresarial.
Se ha pasado de la
manufactura a la mentefactura, la realidad hace necesaria una nueva
interpretación de los espacios laborales que dejaron de ser un “donde” para
convertirse en una condición de permanencia en la red, por ejemplo, lo cual ha
llevado a que la creación de una cultura que no conoce fronteras políticas
lleve a las redes sociales a ser hoy las auténticas herramientas de la
expansión y la competitividad.
Así las cosas, el trabajador
del mundo globalizado se caracteriza, entre otras cosas por:
1. Reconocer el contexto
histórico en el cual se mueve. Se trata entonces de tener una visión
holística que integra las realidades supra nacionales y entiende que su
contribución corresponde a una realidad específica que trasciende su formación
académica. El contexto le permite entender las culturas de las naciones pero
también de las organizaciones, establece pautas de acción e identifica los
factores críticos de éxito en su labor profesional.
2. Establecer
prioridades en su desarrollo personal. La nuevas generaciones desarrollan
el sano egoísmo de entender que “las personas pasan las organizaciones quedan”
por tanto su tarea debe ser ajustada a sus gustos personales, entiende que debe
disfrutar su trabajo y aprender cada día nuevas cosas. Su contribución
permitirá que la empresa asegure su permanencia en el tiempo y por tanto define
cuándo es el momento oportuno de marcharse, reconoce que su temporalidad debe
ser distribuida donde mejor sea reconocida.
3. Entender que sus
talentos están al servicio de la humanidad. Hemos evidenciado que muchos
compatriotas han desarrollado su vida profesional en otros países, que han
aprendido otros idiomas y viven en culturas muy particulares, su capacidad de
adaptación les ha llevado a moverse por distintos lugares del mundo, sin que
eso cause traumatismos, el concepto de nación no es representativo de este
nuevo trabajador del mundo. Sus procesos de capacitación se orientan a
prepararse y ser competente en cualquier lugar que le corresponda y hacer de
ese espacio físico su lugar de realización y desarrollo.
4. Capacitarse y
actualizarse permanentemente. El gran desafío esta en no perder vigencia en
un mercado cada vez más competitivo, incrementar cada día la empleabilidad para
no anquilosarse en los conocimientos del pasado. El desafío está en ser
protagonista y no espectador, en ser generador de valor agregado para la
organización. Quizá conocemos personas que viven el día a día bajo la filosofía
de que el futuro no ha llegado y quién sabe si estaremos allí, de tal manera
que poco a poco comienzan a ser desplazados por nuevos talentos.
5. Utilizar la
tecnología disponible al servicio de la innovación. El trabajador global
entiende que sin conectividad y tecnología disponible el futuro no será
posible, se trabaja para descubrir lo que no ha llegado, para crear nuevas y
mejores condiciones de vida para la humanidad, el trabajo va más allá de
satisfacción individual y se sitúa en la esfera del bien común, de las nuevas
posibilidades para convertir el mundo, como diría McLuhan, en una aldea global
y entender el impacto que al otro lado del mundo tiene en “aleteo de una
mariposa”
6. Respetar la
naturaleza y tratarla como aliada. El ambiente es el espacio donde
transcurre nuestra existencia, las condiciones naturales de vida están sujetas
a la frágil acción de los humanos cuando contaminamos el aire, el agua y la
tierra, cuando ignoramos nuestra huella ecológica y su impacto en la
organización. No se trata de “reciclar” o de ahorrar en el consumo, la ayuda
verdadera vendrá cuando desarrollemos una conciencia capaz de entender que
nuestras acciones son las responsables de asegurar la sostenibilidad de las
condiciones de desarrollo de la humanidad, la ruta que llevamos nos grita que
si no tratamos como aliada a la naturaleza más temprano que tarde nos pasará la
cuenta de cobro.
7. Trabajar en equipo en
búsqueda de resultados comunes. La diferencia de culturas, idiomas,
costumbres, estudios, género, etc., no son un obstáculo para el desempeño, por
el contrario, se convierten en oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Reconocer las habilidades y talentos de otros, valorar sus contribuciones y
generar espacios comunes de diálogo y acción fortalecen los sistemas de
comunicación y confianza requeridos para que el equipo de trabajo sea un
soporte en la gestión. Se trata de valorar la diferencia y encontrar el espacio
común de la colaboración.
8. Liderar su propia
vida con un proyecto de vida claro. Asumir el riego de lo desconocido,
abordar nuevos retos con la seguridad de dar lo mejor de sí mismo, tener la
capacidad de discernir y tomar las mejores decisiones, contar con el criterio
requerido para saber decir NO, seleccionar su grupo de amigos y establecer
rutinas de trabajo disciplinadas, son algunos de los componentes del éxito
personal que le permitirán avanzar con seguridad a los propósitos de vida que
haya establecido.
9. Asumir el aprendizaje
de los idiomas como una exigencia de su tarea. Uno de los factores de éxito
del trabajador global es reconocer que no puede haber barreras idiomáticas, que
su cancha de juego es el mundo y que por tanto debe conocer o por lo menos
tener los principios básicos que le permitan comunicarse con personas de otras
latitudes.
10. Ser flexible en el mundo
laboral. Es la mejor manera de reconocer que cada empresa es una
oportunidad de crecimiento mutuo y no un ancla que frena el desarrollo
personal. Son pocas las personas que creen que las empresas son para
pensionarse, por el contrario, hoy en día las organizaciones son un escalón que
aporta al desarrollo profesional. Por su parte, para las empresas es también conveniente
que cada cierto tiempo haya una renovación de su talento, que vengan nuevas
ideas y maneras de hacer las cosas, que lleguen espíritus críticos capaces de
aportar a los resultados y de generar nuevas fronteras en beneficio de los
clientes.
Espero que estas breves
reflexiones aporten de alguna manera a quienes comienzan sus vidas laborales
pero también a quienes recorren hoy las organizaciones con una filosofía de
flexibilidad y movilidad, entendiendo que nada permanece y que la mejor manera
de apoyar a las organizaciones es aportar con sus competencias y capacidades
para explorar luego partir en busca de nuevos horizontes y dejar que la nave
siga su travesía por el océano empresarial mientras encontramos nuevas
oportunidades de aprender y contribuir.
Contacto:
Tel. (57 1)2 21 67 81. (57) 311 214 3825
BOGOTÁ, COLOMBIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario