Esta
pregunta, presente cada vez que iniciamos un programa de formación y desarrollo
para el personal, nos acosa sin que podamos dar una respuesta satisfactoria y evidenciable
a pesar de los esfuerzos y recursos que cada año dedicamos a seminarios,
talleres y conferencias.
En
los últimos años se han desarrollado e implementado herramientas orientadas a
medir el impacto de la capacitación y verificar el retorno sobre la inversión.
Algunos
de estos instrumentos miden el mejoramiento del desempeño en el puesto de
trabajo y desarrollan modelos que permiten establecer la curva de aprendizaje
en cada uno de los participantes en las actividades de capacitación.
Otros
modelos miden el cierre de la brecha entre las competencias esperadas por la
organización y las ‘potenciables’ en los candidatos que participan en programas
de formación y coach orientados a los aprendizajes que pretenden mejorar sus
comportamientos y desempeños.
Por
otra parte, y creo no equivocarme, la gran expectativa de quienes tienen la
responsabilidad de gerenciar los procesos de capacitación es la de poder medir
los resultados de las intervenciones de desarrollo y formación en resultados
económicos tangibles: más ingresos, más clientes y mayor posicionamiento en el
mercado.
Sin
embargo creo que es importante tener clara la diferencia entre productividad y
competitividad para preguntarnos si es posible garantizar los resultados
comerciales y financieros de la organización a partir de las intervenciones en
capacitación.
Es
de mucho impacto medir la capacitación y sus resultados, pero en términos de
mejoramiento en la productividad y en términos de personas y equipos
competentes que garanticen un producto o servicio acorde a las expectativas del
cliente.
Amarrar
el impacto de la capacitación a los resultados corporativos no deja de ser una
quimera, ya que es desconocer las fuerzas naturales del mercado, la fluctuación
de la moneda, las decisiones de la competencia y muchos otros factores para los
cuales no está diseñada la intención de la capacitación al personal.
Es
cierto que los resultados son en muchas ocasiones bastante decepcionantes e
incluso frustrantes, sobre todo, al considerar los recursos destinados a
incrementar el trabajo en equipo, habilidades de negociación, comunicación y
demás temas relacionados con las grandes preocupaciones de la organización.
Por
esta razón al aceptar un programa de formación y desarrollo que promete
resultados medibles y observables, vemos con escepticismo que sea posible y
confiamos en que esta vez las cosas sean diferentes.
Creo
que podemos esperar mucho de la capacitación siempre y cuando sea entendida
como un soporte al desarrollo de la estrategia corporativa y seamos conscientes
del alcance que tiene y también de sus limitaciones.
Contacto:
Tel. (57 1)2 21 67 81. (57) 311 214 3825
BOGOTÁ, COLOMBIA
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