"La mayoría de los
hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de
conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida...,. Por
eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores.
¡Es tan cómodo ser menor de
edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi
conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente,
no necesitaré del propio esfuerzo.
Con sólo poder pagar, no tengo
necesidad de pensar: otro tomará mí puesto en tan fastidiosa tarea. ..La
mayoría de los hombres tienen por muy peligroso el paso a la mayoría de edad...
Lo cierto es que ese riesgo no
es tan grande, pues después de algunas caídas habrían aprendido a caminar; pero
los ejemplos de esos accidentes por lo común producen timidez y espanto, y
alejan todo ulterior intento de rehacer semejante experiencia...
Por eso, sólo son pocos los
que, por esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y
andar, sin embargo, con seguro paso."
E. Kant.
Qué diferencia un
buen gerente de uno no tan bueno? Cuales son las competencias que agregan valor
a la gestión de un gerente dentro de una organización?, cuándo podemos afirmar
que tenemos todas las condiciones para desempeñar adecuadamente la labor
gerencial?.
Estas y otras
preguntas pasan por le mente de quienes tienen la responsabilidad de
seleccionar al personal ejecutivo de una organización o bien de asignar una
responsabilidad a uno de los miembros del equipo de trabajo.
Desde la
perspectiva del filósofo E. Kant podríamos responder: cuando alcanzan su
mayoría de edad. Pero llegar a la misma tiene implicaciones sobre las cuales
vale la pena reflexionar.
Ser gerente no es
solamente un título otorgado, es una experiencia vivida en cada una de las
decisiones y acciones que implican el día a día dentro de la organización.
La mayoría de las
personas llega a cargos gerenciales después de haber vivido a la sombra de
otros gerentes y de haberse capacitado intelectualmente para desarrollar el
cargo.
Se fue gestando
internamente una serie de reflexiones que fueron formando criterios que llevan
a la autonomía, es decir a la capacidad de obrar con base en su propio
entendimiento y asumiendo las consecuencias de sus propios actos.
Muchos gerentes
temen tomar decisiones por cuenta propia, sienten temor a equivocarse y por
ello recurren a los jefes superiores, a las teorías administrativas y a
consultar con sus pares, de tal suerte que si los resultados no son los
esperados no sienten que sean enteramente responsables y favorecen la
posibilidad de ganar el aplauso si las cosas salen bien.
La mayoría de edad
en los procesos gerenciales implica reconocer cómo realizamos nuestra gestión,
cuál es la autonomía que efectivamente tengo para tomar decisiones, ejecutar
presupuestos, asignar personal, negociar alternativas, etc.. o si por el
contrario reconocemos un tutor que nos guía y orienta y no permite que
cometamos errores en nuestra gestión.
Aquí caben muchas
preguntas sobre la manera como realizamos nuestro trabajo, sobre la evolución y
evaluación del mismo.
¿Hemos ido
creciendo como gerentes desde que llegamos al cargo?, ¿reconocemos los límites
de nuestra gestión?, ¿hasta dónde somos autónomos? y ¿hacemos uso de esa
autonomía?
La gerencia es,
entonces, un proceso dinámico que obliga a comprender la responsabilidad que
adquirimos cuando aceptamos el cargo, genera oportunidades pero todas dentro de
los límites de la autonomía.
Como señala S.
Covey en su primer principio, ser proactivo es descubrir que podemos hacer que
las cosas ocurran, no simplemente esperar que sucedan para después actuar sobre
ella, es anticipar los hechos no únicamente responder a ellos.
Tal como lo anuncia
E. Kant, es precisamente el temor el que en ocasiones nos impide crecer, nos
asusta salir de nuestra zona de confort y esperamos que alguien nos diga lo que
debemos hacer.
Los invito entonces
a reflexionar sobre nuestros procesos gerenciales, los que vivimos como
gerentes en nuestra empresa, o bien como gerentes de nuestra familia, o
gerentes en los diferentes espacios y responsabilidades en los cuales
interactuamos diariamente, verificar si efectivamente caminamos hacia la
autonomía o seguimos esperando cada día que nuestro jefe, el código, el tarot o
cualquier otro tutor nos diga que debemos hacer.
Contacto:
Tel. (57 1)2 21 67 81. (57) 311 214 3825
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