Para cada año son muchos los desafíos que deben afrontar y
desarrollar los gerentes de Gestión Humana en las organizaciones, entre otros,
podemos mencionar:
1.
El diseño de un
plan de capacitación orientado a los propósitos organizacionales,
2.
La alineación
de los programas de bienestar y motivación que permitan consolidar una cultura
corporativa orientada a motivar, retener y comprometer al personal,
3.
Consolidar
todas las acciones referentes a los procesos de mejoramiento y desarrollo de
competencias, tales como el coach, el e- learning y demás herramientas
orientadas al desarrollo personal y organizacional.
4.
Fortalecer los
programas de medición de resultados a través de los indicadores de gestión.
5.
Desarrollar un
programa de gestión del desempeño que permita potenciar las capacidades de
todas las personas.
6.
Implementar
esquemas que permitan valorar y medir el impacto de las acciones de
capacitación y su respectiva transferencia al puesto de trabajo.
Sin embargo, uno de los temas centrales tiene que ver con la formación
y entrenamiento de los equipos de trabajo, ya que es a través de ellos como se
obtienen los resultados corporativos.
Los equipos están compuestos por
personas de la misma área cuando el resultado esperado es el mejoramiento de un
proceso coyuntural que requiere acciones rápidas de corto alcance, por lo
general se disuelven una vez han cumplido con su tarea.
En otros casos en su composición
intervienen personas de diferentes áreas y responden a proyectos específicos
asignados por la dirección con el fin de atender un requerimiento interno o
externo a la organización, en estos casos también son equipos de corta o
mediana duración y se disuelven una vez superado el motivo para el cual fueron
creados.
Existe otro modelo para la
conformación de equipos, sea funcional o inter funcional en cual se da cuando
responden a procesos claves de la empresa y su duración es indefinida por
cuanto su responsabilidad no termina con cada proyecto y adquiere el status de
permanente y necesario para la organización.
Las personas asignadas a los
equipos contribuyen con sus conocimientos y destrezas a la realización de las
tareas asignadas, sin embargo sus resultados no son producto de un esfuerzo
individual sino de la combinación de los mismos, lo cual hace que la comunicación
y la relación entre ellos sea requisito indispensable para garantizar el éxito
de la labor asignada y el resultado esperado.
Todos los equipos pasan, en su
proceso de consolidación por diferentes etapas, desde la simple reunión de
personas, pasando por la identificación como grupo hasta el compromiso como
equipo.
Se identifican tres elementos
clave en el proceso de evolución de un equipo de trabajo:
Ø LIDERAZGO: Se
entiende aquí que la dirección del equipo de trabajo pasa también por
diferentes estadios de gobierno, desde la asignación de tareas por parte de un
jefe o coordinador asignado, pasando por la participación de los componentes
del equipo hasta llegar a convertirse en equipos auto dirigidos, donde el
liderazgo es rotativo y los niveles de autonomía del equipo aumentan de tal
manera que los resultados ofrecidos no dependen de la buena gestión de un líder
o responsable, sino del equipo. El liderazgo se enfoca al cumplimiento de retos
y resultados que agreguen valor a la estrategia definida por la institución.
Ø RETO: Cada
equipo recibe por parte de la administración las tareas y funciones que debe
cumplir, así que cada integrante del equipo conoce cuál es la contribución
esperada de su trabajo. Las funciones deben ser claramente definidas con el fin
de reconocer la mejor manera de hacer las tareas propuestas y coordinar los
esfuerzos de los participantes, reconocer los recursos que se tienen y lo que
se necesitan. El reto aparece cuando el equipo descubre que es precisamente
combinando saberes y destrezas como lograran obtener los resultados esperados.
Ø RESULTADO:
Los equipos deben tener claro desde el principio cuáles son los resultados que
deben ofrecer y los tiempos en qué deben ser entregados. Los integrantes de
cada equipo pasarán por distintos enfoques, desde su esfuerzo individual para
la realización de la tarea, pasando por el reconocimiento del aporte de los
otros integrantes hasta dimensionar con claridad la importancia del producto
entregado con los resultados esperados por la empresa.
Iniciar la consolidación de un
equipo es una tarea que debe tener en cuenta
dos factores importantes tal como lo señala Peter Senge:
Ø IMPULSORES: Son todos aquellos elementos que permiten y favorecen
la conformación de los equipos y que ayudan a la permanencia de los integrantes
a comprometer todos su esfuerzos en la búsqueda y obtención de los resultados
esperados.
Ø LIMITANTES: Es importante identificar los factores, internos o
externos al equipo, que detienen, retrasan o paralizan el crecimiento del
equipo de trabajo. Reconocer el manejo de las relaciones entre las personas, el
estilo de comunicación definido y la retroalimentación que recibirá cada uno el
equipo y cada uno de sus integrantes.
Por otra parte es necesario
anticipar un modelo de medición que permita a la administración y al equipo
mismo conocer los avances que van obteniendo, sus logros y las decisiones que
deben tomar para mantener o corregir el rumbo del equipo. En este sentido es
preciso concertar los indicadores de gestión y establecer un tablero de gestión
que permita a las personas y al equipo verificar y hacer seguimiento a los
hechos que van ocurriendo en el cumplimiento de las tareas.
Un elemento final en esta
reflexión tiene que ver con la importancia de asignar, por lo menos en la fase
inicial, los roles que debe desempeñar cada uno de los integrantes del equipo
de trabajo, lo cual tiene que ver con dos elementos básicos:
Ø PERFIL
PERSONAL: Todos los seres humanos tenemos tendencias comportamentales
diferentes, lo cual hace que podamos ser más o menos afines a otras
personalidades, por tanto no es de menor importancia conocer si las personas
que integran el equipo de trabajo se complementan para manejar una relación
productiva y adecuada. En la identificación del perfil se reconocen las
competencias humanas de cada uno de los integrantes, en este sentido es de gran
valor que los administradores de los equipos conozcan cuáles son las
competencias deseables y si sus integrantes poseen o no las mismas, en ese
mismo sentido se identifican las necesidades de formación y entrenamiento en
las competencias que se consideran necesarias para el equipo pero débiles o
ausentes en sus integrantes.
Ø PERFORMANCE:
Cada persona seleccionada para participar en un equipo trae consigo una serie
de características que son evaluadas por la dirección antes de hacer la
asignación con el fin de garantizar una contribución positiva a los resultados
esperados. Algunas de estas son: Formación académica, experiencia laboral
anterior, destrezas técnicas adquiridas, etc.., en otros casos y dependiendo de
la razón de ser del equipo se consideran elementos como: Sexo, edad, cargo,
etc..
La
identificación de estos elementos también puede llevar a decisiones que
impliquen un proceso de entrenamiento y capacitación con el fin de optimizar
los resultados esperados.
El camino para consolidar un
equipo de alto desempeño es largo y atraviesa por múltiples crisis que deben
ser resueltas por los integrantes del equipo en algunas ocasiones y en otras
amerita la intervención de la administración. Es un esfuerzo que exige el
compromiso de la dirección en la búsqueda de resultados cada vez más ajustados
a los definidos en la plataforma estratégica.
Por tanto, uno de los retos de
mayor impacto y contribución será precisamente la conformación de
equipos que permitan incrementar la productividad empresarial y desarrollar
competitividad en los mercados cada vez más internacionalizados.
Contacto:
Tel. (57 1)2 21 67 81. (57) 311 214 3825
BOGOTÁ, COLOMBIA
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